viernes, 17 de noviembre de 2017

La pandemia actual de trastornos visuales en los niños




Tal vez sería más exacto este titular: “la pandemia de defectos de refracción en los niños”, o más gráfico: “... de niños con gafas”. 
Se trata sin duda de una pandemia difícil de cuantificar pues que sepamos, no hay estudios estadísticos precisos; Pero nos atreveríamos a aseverar que la fotografía que ilustra este artículo -hecha al azar-  puede ser representativa. (6 de cada 8 niños necesitan gafas de manera mas o menos permanente)
Y es que, si hace una década, la proporción de niños menores de 7 años que precisaban gafas, podría ser del 10 o 15%, hoy en día, tal vez sea del 80 u 85% .
¿Qué ha pasado, o cual podría ser la causa de esta patologia con carácter pandémico, en los niños?
Con respecto a la etiología nos atreveríamos a sugerir dos hipótesis: 
1-  La visión a través de los nuevos televisores de plasma con pantallas gigantes (casí todas más de 30 o 40 pulgadas) que inundan la mayoría de los hogares.
2-  El uso y abuso de las tabletas, teléfonos móviles y ordenadores
¿Cuál sería la patogenia?
Al margen de los caracteristicas tecnológicas de los aparatos (resolución de la pantalla, etc. )
Y de los factores personales: constitucionales  o hereditarios de cada niño
Hay que reconocer varios hechos que son consustanciales a la naturaleza humana:
 1-  Y uno de ellos es que en general, los organos de los sentidos del niño -incluida la visión- responden de manera más intensa y prolongada a los estímulos, y especialmente a los visuales y auditivos tanto de imágenes como de colores, con una mayor fijación o focalidad de la vista a los objetivos, “forzando” toda la compleja estructura neuro-muscular y vascular del ojo, para la acomodación, parpadeo, secreción lacrimal...
Y ello para adaptarse a dos factores medioambientales exógenos patógenicos : 
1-  Las grandes dimensiones de las pantallas de TV 
2- La corta distancia desde la que se suelen mirar, dadas las reducidas dimensiones de las viviendas hoy en día. 
3-  El tiempo prolongado que permanecen viendo TV

El hecho de que los niños -desde sus primeros  meses y años- aprendan a mirar la televisión en estas condiciones anomalas, sería una aberración semejante proporcionalmente a si los adultos mirásemos las películas de cine desde la primera fila, de forma prolongada y sistemática. Si así lo hiciéramos presentaríamos cefalea desde el comienzo de cada película sin aguantar hasta su final. 
 No es difícil pues imaginar cómo puede afectar al niño -en etapa madurativa- adaptarse a esta realidad patogénica ambiental, debiendo adaptar sus ojos para el efecto –defecto en este caso-  de acomodación que exige esta situacion anomala.
Respecto a las tabletas, teléfonos  y ordenadores, valdrían la mismas hipótesis etiopatogenicas, teniendo en cuenta que el niño queda aún mas absorto o hipnotizado por sus pantallas, reducidiendose más aún la distancia de visión y entrando en contacto físico con la pantalla a traves del tacto.
¿Cuál sería la mejor solución o tratamiento?  Obviamente si el niño precisa lentes para corregir el defecto de refracción, el oftalmólogo valoraría que tipo de optometría sería la más adecuada y sus condiciones de uso, teniendo en cuenta que se halla en fase madurativa y evolutiva y la gran capacidad de acomodacion ocular del  niño 
Respecto a las causas etiológicas y medidas preventivas:    Parece razonable:
1- reducir en lo posible el tamaño de la TV de plasma de nuestros hogares (“menos pulgadas”)
2- instalarlas con la mayor distancia posible para su visión, procurando que los niños no se acerquen  (situarlas en alto puede ser un medio). 
3- limitar razonablemente el tiempo de visión de la televisión.   
Lo mismo valdría para tabletas, ordenadores y móviles.
Ni que decir tiene, que volver a leer libros de papel, ya sean cuentos, etc.,  jugar en el parque, naturaleza o con la familia, sería sin duda, la mejor escuela de salud.